Una de las vertientes más positivas que tiene internet es su poder para revivir viejos dinosaurios extintos. No es extraño que navegando entre el mail y un blog te topes de buenas a primeras con una comunidad que rinde culto a una pieza nostálgica de tu pasado y que entre todos creen a su alrededor una hermandad unida por ese espíritu añejo que reverbera en el fondo de tus recuerdos. Ocurre con viejas series de televisión, antiguas colecciones de juguetes y, como no iba a ser menos, con los videojuegos.
En este caso, se trata de “El club de aventuras AD”, que no es otra cosa sino una comunidad que intenta mantener viva la pasión por ese género de los ochenta que las nuevas generaciones seguramente jamás han oído hablar: Las aventuras conversacionales.
Pero para explicar qué es una aventura conversacional debo primero hablar de espeleología (*).
Aquí está el origen del hombre, del arte y de las aventuras gráficas.
En lo más profundo de Kentucky, en el siglo XIX, un cazador persiguió a un oso herido hasta una desconocida cueva, donde buscaba refugio. Con el tiempo, esa recién descubierta cueva fue intensamente explorada por su alto contenido en Guano, sirvió de barraca de feria al encontrarse en su interior la momia de un viejo indio disecado, fue objeto de una auténtica guerra legal por los derechos de propiedad y sirvió como sanatorio a enfermos de tuberculosis. Y a medida que se le iba dando más y más uso, parecía que la cueva no tenía fin.
Pasaban las décadas y se iba descubriendo extraña vida endémica y más restos arqueológicos, llegando a declararse Parque Nacional y a ganarse el apodo de ser la cueva más grande del mundo. Su nombre, La Cueva Colosal o Mammoth Cave.
Es en los años 70, cuando una joven espeleológa decidió buscar el final de la cueva y con ayuda de su marido, William Crowther, lo llegó a encontrar. La casualidad es que William era programador y trabajaba en ese momento en Arpanet, el “prototipo” del actual internet. Con el tiempo y movido por una serie de circunstancias personales que le impedían disfrutar de su afición a la espeleología, decidió crear un juego informático donde pudiese plasmar la emoción de explorar y descubrir galerías y secretos de una cueva. Y así nació ADVENT, bautizado posteriormente como “Colossal Cave Aventure”, la primera aventura conversacional.
Aunque parezca mentira, en este juego hay una gran riqueza de detalles geológicos, puzzles, problemas típicos de un espeleólogo y desafíos naturales.
Éste destacaba por ser un juego basado puramente en texto, en el cual el jugador describía sus acciones mediante una serie de comandos básicos que le permitían realizar acciones como avanzar hacia cualquier punto cardinal, coger y usar cosas o hablar con personajes.
Un remake avanzado del ADVENT original.
Aunque con un mecanismo primitivo de juego, las aventuras conversacionales fueron todo un éxito en los ochenta, por su gran capacidad inmersiva y su variedad de temáticas. En nuestro país y durante la edad de oro del videojuego español no faltaron la creación de algunas joyas como La aventura Original, El Jabato o la inconclusa aventura conversacional de Superlópez.
Llegó hasta tal punto su éxito que incluso el género hizo un cameo en la película “Big” con Tom Hanks con un juego titulado “The Cavern of the Evil Wizard”. En realidad nunca existió, pero hoy un grupo de valientes y aguerridos programadores están sacrificando su tiempo libre para recrear dicho juego con todo lujo de detalles.
Con el tiempo, el género evolucionó hasta la aventura gráfica, en la que ya el jugador no debía escribir sus acciones, sino interactuar con un entorno gráfico que recreaba al personaje y el escenario.
Y así, poco a poco, el género fue muriendo, hasta nuestros días, convirtiéndose en algo marginal al que apenas jugaría de forma aislada algún treintañero con un emulador. Pero en los últimos años parece que está resurgiendo con más fuerza, teniendo como estandarte en la comunidad de habla hispana el portal “El club de aventuras AD”. En él no sólo se reviven viejas hazañas y experiencias pasadas, sino que se mantienen a pleno rendimiento creando sus propias aventuras, jugándolas y evaluándolas entre los usuarios, dando pautas sobre cómo crearlas, así como traduciendo recursos y publicando su propio Fanzine informativo.
Entre todo el listado de juegos online y descargables, es sorprendente encontrar incluso una aventura conversacional de la película ALIEN bastante bien valorada entre todos los jugadores.
En general, «el Club de Aventuras AD» es una interesante iniciativa sin ánimo de lucro que puede servir para potenciar la narración de historias sin necesidad de hacer una inversión monumental en recursos y que puede ser utilizado como vía de escape para cualquier guionista que quiera comenzar a escribir videojuegos pero no tenga a mano un equipo con el que embarcarse en ningún proyecto.
Innocent Hill es la aventura conversacional inspirada en Silent Hill que recrearon en Emezeta para celebrar el día de los santos inocentes. ¿A que ahora el género comienza a parecerte más atractivo?
Fuentes: Wikipedia, Anaitgames, Fase Extra, CAAD, Emezeta
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